Fragmento del estudio preliminar de la obra.

 

He leído en manuscrito, antes de esta publicación,
la novela Mariano Moreno, el fuego del mar, del escritor
argentino Alejandro Bovino Maciel, gran médico,
ensayista, crítico, dramaturgo y narrador oriundo de la
provincia de Corrientes que eligió como lugar de vida
la capital porteña, alternando con largas estadías en la
paraguaya de Asunción.


Identificado en la conciencia pública con la
Revolución de Mayo, Mariano Moreno ocupó un lugar
central en un mundo que pertenecía al orden colonial
en crisis de los Imperios Iberoamericanos. Renunció a
honores y posiciones salvaguardadas por la autoridad
española en las tierras del Plata para arrojarse con
temeraria decisión al torbellino revolucionario de 1810
en el curso de su carrera de abogado y político. La
comunidad de los historiadores lo ha impugnado tanto
como lo ha defendido; a nadie han sido indiferentes su
acción y su destino.


Creo que en esta novela histórica Mariano
Moreno, el fuego del mar, la vertiginosa convicción
del autor correntino, nuestro contemporáneo, en la
interpretación ficcional del controvertido protagonista
porteño del pasado decimonónico alcanza igual mérito
que la reconstrucción de detallado inventario de la
escena pública y del paisaje urbano donde vivieron
el personaje y el elenco de quienes lo rodearon. Estas
razones me alentaron y movilizaron a la hora de acercar
estas mis reflexiones, suscitadas al avanzar sobre sus
apasionantes páginas, a quienes en un futuro que
imagino tan grande como próximo lean y relean este
libro.


"Que viva la patria, aunque yo perezca
Un corazón endurecido en la libertad
republicana"

Mariano Moreno, “El Editor a los habitantes de
esta América” (1810)

 

Dra. Susana Santos (UBA)